Qué espejo!
Qué vértigo!
Me veo en el ala derecha que circunda el punto cardinal de ese azul veloz que aterriza en el horizonte tierra de esta ceniza que cae en relámpago silente, no silente, silente denuevo, veneno, venenooo! Pócima bendita en los orificios de la palabra empinada hacia la boca violeta de la O incestuosa, atenuada en su leve gorgoteo, ah, ah ah, expirar nunca, ah ah ah, ilusión ahora.
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