lunes, 19 de abril de 2010
Hay un asunto que me persigue como un látigo
Hay un asunto que me persigue como un látigo
a M. Ra.
Hay un asunto que me persigue como un látigo
No es el amor, ni el jardín de tus besos,
No sé, puede ser la no razón
Puede ser, Amor, este pasado que no termina,
ésta herida que sangra la savia que me brotas
más no intuyo el calambre que te confunde en mi cintura
Hay algo más que está detrás de todas estas cosas
El arrebatado beso,
el olor de tus perfumes de éxtasis sáfico
Los instantes reposados en tu vientre que me duele
como duele la vida que no te tengo para no tocarte,
Porque te tengo en todo lo que toco y no toco
Todo lo que busco y no busco,
como todo el amor, como todo el amor, paradoja redonda
Ahí estás,
Cómo los botones del bandoneón, misteriosamente cladestina,
Sigilosamente fulgurante
Mujer,
Hay un asunto que me persigue como un látigo
Y no persigo que traspases el silencio
de los versos que te hice en cada poro
No,
Mujer,
Yo quiero otras cosas,
Yo quiero que me enciendas el lenguaje voraz
que subas por las sierras de mi cuello
y caigas en picada entre rosas y arroyos
entre cañadas y versículos de arrugas y retoños
Y que nunca niegues
Que las historias no terminan; descansan.
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